Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Nueva York (Estados Unidos) revisaron más de 8.000 sitios web para identificar las 20 ideas más comunes sobre el sueño. Con un equipo de expertos en medicina del sueño, los clasificaron en función de si podían ser calificados como mito o realidad, y del daño que podían causar.
Por ejemplo, las creencias sobre que son suficientes cinco horas o menos de descanso nocturno, que los ronquidos son inofensivos y que tomar alcohol ayuda a quedarse dormido son algunas de las que “podrían representar una amenaza significativa para la salud”, advierten los autores del trabajo en un artículo en la revista Sleep Health.
“El sueño es una parte vital de la vida que afecta a nuestra productividad, estado de ánimo, salud general y bienestar. Disipar los mitos sobre el sueño promueve hábitos más saludables que, a su vez, promueven una mejor salud en general”, explica la autora principal del estudio, Rebecca Robbins, investigadora postdoctoral del Departamento de Salud de la Población de la Universidad de Nueva York en Langone Health.
En función de la escala que los investigadores utilizaron para medir la “falsedad” de las afirmaciones, los investigadores concluyeron que el mito que afirma que dormir cinco horas o menos es más que suficiente representa el riesgo más grave debido a los déficits de sueño a largo plazo. Para evitar los efectos nocivos de esta y otras de las ideas identificadas en el estudio, como la importancia de dormir siestas cuando rutinariamente se tiene dificultad para dormir durante la noche, Robbins y sus colegas sugieren crear un horario de sueño consistente y pasar más tiempo, al menos siete horas, durmiendo.
Otro mito común se relaciona con los ronquidos. Y aunque Robbins dice que los ronquidos pueden ser inofensivos, también pueden ser un signo de apnea del sueño, un trastorno del sueño potencialmente grave en el que la respiración se interrumpe en el transcurso de la noche. Los autores animan a los pacientes a no restarle importancia a los ronquidos fuertes, sino consultar a un médico, ya que esto puede conducir a paros cardíacos u otras enfermedades.
Los responsables del estudio también encontraron suficiente evidencia en investigaciones publicadas de que, a pesar de las creencias contrarias, beber bebidas alcohólicas antes de acostarse no es saludable para el sueño. Según los expertos, reduce la capacidad del cuerpo para lograr un sueño profundo, que las personas necesitan para funcionar adecuadamente.
Otra creencia muy difundida pero que no está respaldada por la evidencia científica es que es saludable dormirse en cualquier lugar y en cualquier momento. “Es una señal de que (la persona) no está durmiendo lo suficiente y de que está cayendo en episodios de ‘micro sueño’ o ‘mini-sueño’ -afirma Robbins en un artículo de la CNN-. Significa que su cuerpo está tan agotado que cada vez que tiene un momento, va a comenzar a pagar su deuda de sueño”.
Los expertos también apuntan que es falso que el cuerpo pueda adaptarse a descansar menos horas y funcionar de manera óptima. Se debe, explican, a que el cuerpo pasa por cuatro fases distintas del sueño; de las cuales las más profundas son muy importantes para la regeneración de neuronas, la reparación de los músculos y la restauración del sistema inmunológico, precisa la investigadora.
Ante un episodio de insomnio, quedarse en la cama intentando dormir -tal como muchos creen- no es lo más aconsejable, sostiene el trabajo, porque se asociará a la cama con la imposibilidad del descanso. Si pasados 15 minutos no se logra conciliarse el sueño, lo mejor es salir de la habitación y quedarse tranquilo en otro entorno con luz baja hasta volver a intentarlo.
También está muy difundida la idea de que recordar los sueños es signo de haber descansado bien. Los expertos aseguran que esto es un mito. Todos soñamos varias veces por noche, el hecho de que no lo recordemos está vinculado a que no nos despertamos en el medio de cada uno.
“El sueño es importante para la salud, y se necesita un mayor esfuerzo para informar al público sobre este importante problema de salud pública. Por ejemplo, al discutir los hábitos de sueño con sus pacientes, los médicos pueden ayudar a prevenir que los mitos del sueño aumenten el riesgo de enfermedades cardíacas, obesidad y diabetes”, apunta otro de los investigadores, Girardin Jean Louis.
Los científicos reconocen que algunos mitos todavía causan desacuerdo entre los expertos en sueño. Por ejemplo, aunque dormir hasta tarde los fines de semana interrumpe el ritmo circadiano natural, para las personas que ejercen ciertas profesiones, como los trabajadores por turnos, puede ser mejor dormir hasta tarde que tener menos horas de sueño en general.