Cómo interpretar qué necesita nuestro cuerpo en cada antojo

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Cómo interpretar qué necesita nuestro cuerpo en cada antojo

¿Alguna vez te has preguntado por qué te mueres de ganas de comer algo específico? Aunque los antojos suelen asociarse con el embarazo, todos los hemos tenido alguna vez. Esto sucede ya que, a pesar de que no estemos constantemente conscientes de ello, nuestro cuerpo nos habla y los sabores son uno de sus tantos lenguajes. 

La palabra antojo proviene del latín y significa “antes de los ojos”, ya que se genera a partir de la formación de imágenes mentales de objetos o alimentos a partir de la asociación con un aroma, un sonido u otro estímulo que recibimos a través de los sentidos, generando un deseo impulsivo de algo.

Aunque solemos pensar en el antojo como una debilidad, se trata de una información muy valiosa que nuestro cuerpo nos está enviando. Los especialistas señalan que se origina por la falta de nutrientes indispensables para el organismo; el cerebro envía mensajes que el individuo recibe en forma de antojo. Por eso, a través de él es posible acercarnos a conocer cómo estamos y qué desbalances necesitamos suplir. 

Para responder a este pedido, puedes reemplazar tu antojo inmediato con otras comidas sanas que contengan los nutrientes que realmente estás necesitando.

Si se te antoja chocolate

Si tienes antojo de chocolate es posible que esté faltándote magnesio, cromo o complejo B. 
El magnesio es un mineral muy importante que ayuda a fortalecer y equilibrar el sistema inmunológico, previene la inflamación, ayuda a controlar la ansiedad, actúa como relajante muscular y previene la degeneración de los huesos. 

El cacao contiene una alta cantidad de magnesio, además de antioxidantes, calcio, hierro y cromo. También hace que el cuerpo produzca serotonina, que funciona como un regulador del humor natural. Pero combinado con azúcar y harinas, se convierte en un alimento perjudicial. Por eso, para suplirlo de manera saludable puedes elegir en su lugar semillas de girasol o una pieza de plátano.

Si se te antoja pan

Si sientes deseos de comer pan, seguramente tu cuerpo te esté informando de la necesidad de incorporar fibra, energía y glucosa. Prueba comiendo en su lugar un puñado de frutos secos.

Si se te antoja algo dulce

Este antojo es un índice de que tu cuerpo posiblemente esté requiriendo magnesio, cromo o agua. Para saciarlo, incorpora a tu dieta las frutas que más te gusten, que además te darán todos los nutrientes que estás necesitando sin añadir harinas, azúcares o grasas. Plátanos cocinados con vainilla, canela y nueces pueden ser un reemplazo saludable y delicioso. 

Ten en cuenta aquí también, que al consumir azúcar refinada o hidratos de carbono sencillos nuestros niveles de azúcar en la sangre se disparan, generando un exceso de energía a corto plazo que aunque te hará sentir bien, terminará siendo almacenado como grasa, generando además la necesidad de volver a consumirla.

Si se te antoja comida frita

si tienes este antojo, tu cuerpo necesita seguramente grasa saludable o calcio. En lugar de responder directamente con alimentos con gran cantidad de aceite, prueba comiendo aguacate que contiene todos los nutrientes que tu cuerpo está pidiendo incorporar.

Si se te antoja algo salado

Cuando el cuerpo pide un alimento salado, lo más común es que esté necesitando agua y sodio, necesarios para regular la presión arterial y re-equilibrar el sistema nervioso y circulatorio. Incorpora en tu próxima comida verduras en lugar de snacks empaquetados o comida rápida. ¡Y bebe mucha agua!

Si aprendes a escuchar estas señales e interpretarlas, podrás entender qué hay detrás de ese capricho repentino, descifrarlo y preguntarte qué requieres para mantenerte saludable.


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¿Qué le pasa a nuestro cuerpo cuándo nos deshidratamos?

Nuestro cuerpo está hecho por dos tercios de agua. Cuando nos deshidratamos es porque descienden los niveles de agua que se depositan en el cuerpo. Esto produce la pérdida de electrolitos que son necesarios para llevar a cabo funciones vitales del cuerpo. Cuando las pérdidas son pequeñas pasan desapercibidas. Sin embargo, tener una rutina en la que no se incorpora la cantidad suficiente de agua puede causar anomalías para el organismo y convertirse en un gran problema para nuestra salud.

Tanto el alimento como el agua son el motor para del organismo. Por eso, cuando el cuerpo está mal nutrido o con falta de agua, suele presentarse cansancio y fatiga. Las uñas, la piel y el cabello son partes del cuerpo a las que hay que prestar atención si se quiere saber cuán hidratados estamos, ya que a través de ellas se pueden ver las consecuencias directas de la falta de agua.

 Empezar a sufrir las consecuencias no significa que todo esté perdido, existen muchas formas de revertir esta situación y lograr equilibrar la cantidad de agua depositada en el organismo. Es importante estar conectados con el cuerpo y observar atentamente las señales que nos da, ya que muchas de las problemáticas que se presentan a diario pueden ser consecuencias de una mala hidratación. Así que acá te mostramos unas de las señales a las que debes estar atento.

Ojeras

La deshidratación debilita la frágil piel debajo de los ojos, y esto se traduce en la presencia de ojeras. A su vez, la falta de agua reduce los niveles de electrolitos y potasio del cuerpo. Estos son esenciales para la salud de los ojos y por eso cuando hay falta de agua los mismos pierden su brillo habitual y se secan.

Manos y piel seca

Cuando a nuestro organismo le falta agua, esto se ve reflejado muy rápidamente en la piel y sobre todo el las manos, las uñas y el cuero cabelludo. Muchas veces se pretende solucionar estos problemas a través de cremas humectantes. Sin embargo, hacer uso de estas no implica que la piel vuelva a humectarse dado que, sin una hidratación correcta, este problema volverá a aparecer.

Acné

La falta de agua promueve la acumulación de toxinas y esto puede traducirse en la aparición de brotes de acné. A su vez, el consumo de agua previene el envejecimiento prematuro de la piel y ayuda a mantener la firmeza y el colágeno. Cuando la piel está bien hidratada luce radiante, joven, con mucho más brillo y menos toxinas.

Migrañas

Cuándo el organismo comienza a reducir los niveles de agua, nuestro cuerpo trata de conservar el fluido restante para poder realizar las funciones que necesita llevar a cabo. Para esto, se contraen los vasos sanguíneos y esto reduce el suministro de oxígeno y sangre al cerebro. Todo este esfuerzo extra que hace el cuerpo se ve traducido en fuertes migrañas y mareos .

Estreñimiento

El agua ayuda a procesar los alimentos y a lubricarlos para que sean eliminados. Cuando el organismo está deshidratado, el cuerpo no contiene el líquido suficiente para eliminar los desechos y por eso empieza a sufrir problemas de estreñimiento. A su vez, el agua ayuda a eliminar toxinas y proporciona una sensación de saciedad y por eso es tan importante para mantener el ritmo del metabolismo. No beberla puede ocasionar graves problemas digestivos.

Así que ¿Cómo evitar la deshidratación?

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1-Tomar agua antes de empezar a sentir sed: La sed es un síntoma de que falta agua en el organismo y por eso cuando aparece es porque ya está presente la deshidratación.

2- Beber antes de iniciar actividad física: Es muy importante hacerlo, para evitar la deshidratación durante el ejercicio. Es fundamental hacerlo también durante y después de la actividad.

3- Consumir alimentos que contengan agua: Además del agua existen alimentos que, por su contenido hídrico, aportan grandes porciones de agua al organismo. Las frutas, las verduras y las hortalizas son un gran ejemplo de alimentos aliados para la hidratación.

4- Evitar el consumo de bebidas alcohólicas: Estas tienen un efecto diurético y, aunque son bebidas, no hidratan. Hacen que se pierdan grandes cantidades de líquido del cuerpo.

5- Durante el verano, aumentar el aporte de agua al organismo a través de bebidas y alimentos: También es recomendable evitar la exposición al sol durante el mediodía ya que esto tiene serias consecuencias para la piel y para el organismo.