La música puede ser la mejor herramienta para relajar al paciente antes de entrar al quirófano


música puede la mejor herramienta para relajar al paciente antes de entrar al quirófano

La música puede ser la mejor herramienta para relajar al paciente antes de entrar al quirófano

Puede que la mejor “medicina” sea algo tan sencillo como escuchar música a la hora de relajarnos frente una operación que nos van a realizar. Según un estudio que la canción más relajante del mundo puede ser tanto o más efectiva que los fármacos para prepararnos en la entrada a quirófano.

Así es. Investigadores de la Universidad de Pensilvania han examinado qué tipos de música pueden relajar a los pacientes y cuánto. En el estudio tras trabajar con 157 personas han encontrado que una música relajante puede ser igual o mejor que cualquier sustancia química y con menos efectos secundarios. Para el estudio, publicado en Regional Anesthesia & Pain Medicine, se compuso una canción específica: Weightless (Ingrávido), un instrumental de la banda británica Marconi Unión.

El tema fue creado junto a expertos en terapias con sonido para reducir la ansiedad, la presión arterial y el ritmo cardíaco.

Y funcionó. A los pacientes que se les administró el sedante midazolam o se les puso la canción, mientras se les inyectaba un anestésico para dormir una parte del cuerpo. El resultado fue que la ansiedad de los pacientes se redujo a los mismos niveles tanto de un modo como de otro, con la medicina o con la canción (aunque muchos pacientes reconocieron que hubieran preferido elegir su propia música). La diferencia es que la música no tiene efectos secundarios.

Al contrario el midazolam, como otros fármacos comunes con benzodiacepinas, puede afectar la respiración, el flujo sanguíneo y, en ocasiones, convulsiones. De hecho, los anestesistas tienen que controlar de cerca a los pacientes que toman estos medicamentos. La música medicinal es “virtualmente inofensiva y barata. Enciende la región emocional del cerebro, el sistema de recompensa y los senderos del placer”, comenta a la BBC Veena Graff, profesora de la Escuela de Medicina de la Universidad de Pensilvania.

“Eso significa que los pacientes pueden ocupar su propio mundo, sentirse cómodos y tener un control total”, asegura.